Hemos venido a JUGAR.

Al juego de estar VIVAS.

Hoy quiero compartiros el porqué del nombre de este lugar.

Desde hace ya unos cuantos años lo siento como mi lema de vida y además hay momentos en los que me ayuda a tomar decisiones.

Sabéis esos instantes que estáis dubitativas en si hacer algo o no, ya sea un viaje, si compartir algo con alguien, si apuntarte a aquello que deseas y no das el paso, llamar a esa persona que hace tiempo que quieres retomar el contacto y no terminas de hacerlo… (aquí que cada cual añada su ejemplo).

En esos instantes es cuando paro, respiro y me digo a mi misma: Patri, hemos venido a JUGAR, ¿con qué decisión sientes que estás jugando a estar viva?. Lo primero que viene a mí es una sonrisa e incluso una carcajada de recordar que estamos jugando constantemente, acompañado de una imagen mía, de mi niña pequeña, de esa niña que su principal ocupación era sencillamente esa, vivir jugando.

Esto me ayuda a ver la vida como pantallas de un videojuego o como diferentes parques de juego que, según el momento vital y la etapa evolutiva es cambiante. Tanto en los videojuegos como en los parques vamos avanzando con el tiempo y el aprendizaje adquirido, cuando tenemos 1 año no estamos preparadas para ir al tobogán grande y cuando ya hemos llegado a él, no estamos preparadas para escalar una pared y así ocurre de manera fluida en nuestra evolución.

No pasemos de puntillas por nuestra vida, aprovechemos cada causalidad con las que nos encontramos para reír, experimentar, rebozarnos en el barro, saltar, abrazarnos, llorar y volver a reír.

Así que, ¿a qué hemos venido?

Hemos venido a JUGAR.

Anterior
Anterior

Cuando la muerte llega.

Siguiente
Siguiente

Compartiendo mi voz.